Hace ya 30 años que la familia Marín se instalo en el barrio de Boedo. Una historia para conocer de sabores, momentos y sentimiento barrial.
La familia Marin tiene su descendencia en la provincia de Mendoza. Sus costumbres arraigadas las trasladaron al barrio de Boedo hace casi 30 años. Desde entonces comenzaron a escribir una historia diferente desde un rincón del barrio.
Los sabores de cuyo se hicieron eco en la Ciudad desde aquella esquina que pronto se convertiría en un espacio tradicional.
Historia de vida de vida de Antonia Siciliana con su hijo Germinal es el puntapié inicial de una historia apasionante donde la tradición el trabajo y el esfuerzo son la base de todo. Ellos son los creadores de Pan y Teatro, una de as casa mas populares de Boedo.
La mezcla de la cocina cuyana con el toque porteo fue a base del éxito venidero.La cocina cuyana/mendocina de clásicas recetas itálicas, aporto productos de la zona frescos de la huerta de Guaymallén, olivos, viñedos, huerta, frutales. También, tomates, berenjenas, choclos, aceitunas y aceite de oliva y quesos de las alturas de Uco.
Germinal (67) aprendió haciendo las compras con la madre desde muy chico y se perfeccionó sin apartarse de las fórmulas que trazan la carta aún hoy en que Antonia volvió a Mendoza. Desde hace poco la esquina en ochava, como tantas del barrio de tango, le cambió el estilo con el pavimento nuevo del cruce de Las Casas y Muñiz. Y en las pérgolas las bignonias menos selváticas que antes -por las obras mencionadas- pero ya en flor. El local blanco, alto, rústico y sólido, con ventanales y geranios, muebles añosos de madera, lámparas colgantes ingeniosamente vestidas, piezas de telar, de alfarería. La decoración de Germinal, que tiene su atelier escaleras arriba, completa la puesta.
La casa popularizó sus recetas y las ofertas de arte que allí se ofrecen atrae a los turistas que apasionados por la fama del tango se instalan os mediodías en Boedo para conocer sus rincones.
La comida natural y el estilo mendocino hicieron que los turistas catalogaran al espacio como una de las mejores casas de comida del barrio. Con un total de 7,5 puntos la casa de los mendocinos deja bien parado a los boedenses que conocen sus inicios.
No solo las recetas las obras de arte del lugar el estilo y la deco son la clave del éxito sino también sus catas de vino.
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