Noventa mil chicles en la peatonal Florida
Nueva técnica de limpieza puesta en marcha en nuestra Ciudad
Sobre la falta de respeto y convivencia en general y en particular en lo que definimos como espacio público, venimos informando y mucho.
Cuando no se perciben límites precisos o tal vez, las posibles sanciones para actos que nada tienen que ver con la vida en sociedad, daría la impresión, que se abre una puerta hacia “el vale todo”…Todo es posible…pero no hay excusas…Los cestos para residuos orgánicos y reciclables acompañan la geografía porteña desde una política encaminada a promover el cuidado y la defensa del medioambiente. Una política llevada a cabo desde las autoridades pero que cuenta con el aval de numerosos sectores de nuestra ciudadanía.
Es lamentable que haya que invertir para remover la suciedad provocada por la desidia, negligencia de algunos…Porque la Ciudad es de todos, los que vivimos en ella, como así también de los que llegan para trabajar, turnos médicos, trámites, etc…
Para la limpieza se utilizó un método llamado “Criogénico”. Hielo seco suave, a 79 grados bajo cero, más un aditivo creado en especial para la tarea. Los chicles se congelan y permiten ser retirados con facilidad, además no requiere el uso de químicos ni de solventes, y no produce residuos secundarios.
En tanto se prepara una campaña de concientización acerca de qué hacer con la golosina, señalizando comercios y contenedores, cabe señalar que la higiene de la popular Peatonal demandó un mes de trabajos nocturnos.
Además de la suciedad totalmente evitable, deja huellas en las baldosas, y no deja de ser desagrable la sensación del chicle adherido a la suela de los zapatos…También esta práctica entraña riesgos para aves y mascotas. Se sienten atraídas por el azúcar y en el caso específico de los pájaros, se les pega en el pico y mueren asfixiados…
Un chicle masticado y lanzado a la vía pública puede contener hasta setenta mil bacterias y hongos.
¡Nunca es tarde para aprender a convivir!
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