Mujeres en la Historia, a comienzos del nuevo siglo
Habitar en los fortines o seguir a los regimientos equivale al peligro constante de caer en manos de los señores de los toldos. Consumada la conquista del desierto, se inicia la desaparición de estos tipos femeninos. Se integra a la Nación, esa “tierra adentro”, reino de aborígenes, desertores, esclavas blancas y cobrizas y se empieza a conformar un país más avanzado. Los fortines se convierten en pueblos rudimentarios, que más tarde asombraron con sus adelantos.
Muchos soldados, aventureros y mujeres de la frontera se establecen en estas poblaciones y pronto con el paso de algunos años, los problemas del desierto pasan a ser el tema de relatos y leyendas que las nuevas generaciones escuchan cual “testimonios” de un mundo desaparecido.
Las fortineras cambian su vida azarosa y sin hogar por otra más estable a la cual se adaptan a pesar de extrañar a veces su otra vida.
Será a partir de estos momentos y entrando ya en los comienzos del S. XX que la mujer aprovecha los cambios de la época que se le presentan y se adapta logrando ciertos privilegios que la hace protagonista real y verdadera de ese mundo en permanente desarrollo. Si bien sigue atada al hombre, el que ejerce un patriarcado fuerte y decidido, poco a poco va ampliando un horizonte de valores y ataduras pasadas para alcanzar sus derechos que tiene todo ser humano.
Se dejó atrás el tiempo de invisibilidad, de mutismo, de ausencia de la mujer en diversos planos, ahora a partir del S. XX y lo que llevamos del S. XXI se empiezan a notar los primeros intentos de ocupar un lugar auténtico en la sociedad.
Argentina recibe los ecos de Europa y Estados Unidos donde desde hace ya un tiempo, se agitaban las banderas feministas.
Sin embargo, a fines del S. XIX ya tenemos ejemplos de mujeres valerosas, verdaderas adalides de la libertad; así peruana Flora Tristán se convirtió en apóstol revolucionario en París y sus primeros esfuerzos estuvieron dirigidos a la clase obrera.
Flora Tristán
En Inglaterra y Francia también hubo movimientos para el logro de los derechos políticos de las mujeres y en Estados Unidos éstas no son menos activas, en las postrimerías del S. XIX.
Se sabe que en 1869 una líder del movimiento feminista funda la Asociación Nacional para el Sufragio de las Mujeres. En nuestro país, la rebelión se manifiesta bajo la forma de audaces precursoras que deciden estudiar carreras consideradas estrictamente del dominio masculino. En 1882 inicia sus estudios de medicina una maestra, Cecilia Grierson, que se consagra como la primera médica de nuestro país. Otras la van a imitar, debiendo afrontar críticas mal intencionadas por atreverse a renunciar a su “feminidad”, tal como lo entienden los hombres y también muchas mujeres inocentes cómplices en la época.
Muchas otras mujeres seguirán este ejemplo y se harán eco del logro obtenido de las pioneras en esta lucha por la visibilidad femenina.
A LA MUJER FORTINERA
Noble mujer fortinera
guapeza en tiempo aciago,
que se alejò de su pago
galopando campo afuera.
De buena ley, compañera
del hombre que tanto quiso,
juramentò el compromiso
de no dejarlo hasta el fìn,
¡por eso llegó al fortìn
yentrò pidiendo permiso!
Roque Bonafina- 1er premio 12º Certamen de Poesía Gauchesca 2008
María Inés Fernández
[email protected]
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