Las peripecias de la estación BOEDO de subterráneo
LÍNEA “E” DE SUBTERRÁNEOS CONSTITUCIÓN – BOEDO
Las peripecias de la estación BOEDO
En 1911 se inician las obras de la primera línea de trenes subterráneos de la Ciudad de Buenos Aires, circulando bajo nivel de las avenidas de Mayo y Rivadavia, conectando “PLAZA DE MAYO” con “PLAZA ONCE”. La empresa “Anglo Argentina” inauguró este servicio el 1 de diciembre de 1913, fecha instituida posteriormente como “Día del subterráneo”, esta línea luego fue prolongada hasta Caballito “PRIMERA JUNTA” hoy llega hasta el barrio de Flores estación SAN PEDRITOLos servicios se cumplían con coches adquiridos en Bélgica, cada uno pesaba 30 toneladas, tenían 16 metros de largo y entre otros detalles contaba con puertas corredizas y profusa iluminación, el nuevo medio de transporte trasladaba 17.000 pasajeros por hora y la velocidad de las formaciones era aproximadamente de 45 km. horarios.
Transcurrieron casi 20 años para que la empresa “Lacroze” pusiera en funcionamiento la segunda red de transporte subterráneo, acaecida entre 1930 / 31, uniendo “CORREO CENTRAL” –“CHACARITA”, hoy llega hasta estación JUAN MANUEL DE ROSAS
Posteriormente por Ordenanza Municipal N° 4070, del 30 de agosto de 1930 se le otorga a la Cia. Hispano Argentina de Obras Públicas y Finanzas (CHADOPYF) la concesión para encarar la construcción y explotación de una red de ferrocarriles subterráneos, nace así el ramal RETIRO – CONSTITUCIÓN que se libra en su totalidad al público el 6 de febrero de 1936.
Un nuevo proyecto se materializa con la inauguración del ramal PLAZA DE MAYO – PALERMO, permitiendo la interconexión de las distintas líneas con transbordo en la estación “Carlos Pellegrini” hoy llega hasta la estación CONGRESO DE TUCUMÁN
El tema que hoy nos convoca con especial atención enfoca aspectos vinculados a la estación BOEDO, razón por la cual ocupará descripción preferente lo atinente a la línea “E” en cuyo recorrido inscribe su identidad.
Esta construcción tuvo varias etapas, los trabajos comenzaron en 1940 con el propósito de unir CONSTITUCIÓN – BOEDO. El primer tramo corría entre CONSTITUCIÓN – URQUIZA inaugurándose el 20 de junio de 1944, seis meses después, el 16 de diciembre se habilitó temporalmente (según se anunciaba) la provisoria estación BOEDO
En forma precaria funcionaba algo parecido a un apeadero, cuya única boca de acceso para los usuarios, se hallaba situada frente al N° 3545 de la Av. San Juan, a la vera del Club Social Mariano Boedo, cuya vereda ofrecía una curvatura saliente a medio metro extendida hacia la calzada, como consecuencia de la reducción del ancho de la acera previsto para el nuevo asfaltado de esta avenida.
La obra transitoria tenía una larga escalinata de cemento alisado, un breve descanso en la mitad de su trayecto y finalizaba su recorrido en el propio andén. El piso de madera con techo y paredes con encofrado a la vista enmarcaba una hilera de molinetes y la caseta del boletero, destinatario este último de todas las quejas, especialmente las referidas al deterioro y a las filtraciones de las claraboyas por sus grietas, la caída del agua sorprendía al pasajero desprevenido que esperaba en la estrecha y poco reparadora plataforma
La limitada iluminación que ofrecían los escasos focos instalados, permitían divisar a lo largo del túnel las formaciones que arribaban de la estación “URQUIZA” por la única vía, limitando su arribo a “BOEDO”, a la previa partida del tren precedente que librara el carril existente. Un tendido de rieles auxiliares practicado a un costado, permitían el desvío cuando coincidían dos formaciones en ese tramo.
Promediando la década del 50 con motivo de la construcción definitiva de la terminal, desde el café “Canadian” (hoy Esquina Homero Manzi), alrededor de cuyas mesas se reunían caracterizados vecinos, surgió la idea de convocar a un concurso para bocetos de murales destinados a la nueva estación. Esta inquietud avalada por distintas entidades del barrio obtuvo eco favorable en las autoridades de Transportes de Buenos Aires.
El jurado estuvo integrado por loe señores: Héctor Basaldúa; Rodrigo Bonome, Ing. Aldo C. Branzini por la empresa, Francisco Reyes por las asociaciones: Amigos Barrio Boedo y Amigos de la Av. San Juan y por la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos el maestro Demetrio Urruchúa.
Fueron otorgados dos primeros premios a las obras: ”Boedo a mediados del siglo XIX” de Alfredo Guido y “Niños jugando” de Primaldo Mónaco, consistentes en $30.000.- a cada uno y sendos diplomas. Estos dos murales cerámicos expuestos en el andén, forman parte del Patrimonio Cultural de la Ciudad de Buenos Aires mediante decreto 137/97 siendo considerados como Monumento Histórico Nacional.
Los restantes premios fueron los siguientes: 2° premio de $10.000.- y diploma a “Alegría” de Bela Ben, el 3° premio de $5.000.- y diploma a “La vida es sueño” de Esteban Fekete y sendas menciones honoríficas a “Maternidad” de Ernesto Mario Paz, “Totora” de Rosa A. Sanguinetti y “Progreso” de Eduardo Carlos Stempler. (1)
Una controvertida diferencia surgió por entonces entre comerciantes y vecinos de las avenidas Boedo y San Juan, quienes por intermedio de las respectivas entidades que los nucleaban, practicaron una suerte de puja por logara que los accesos a la nueva estación, preferenciaran su ubicación sobre cada una de las avenidas representadas, obviamente el resultado quedó expuesto con las entradas sobre la calle que le da nombre a la estación.
La construcción antedicha significó un penoso período para quienes habitaban la zona, el trabajo fue realizado a cielo abierto con empalizadas a media acera que aislaban al vecino y al comercio, produciendo incomodidades a los transeúntes e irrecuperable deterioro en la actividad a los negocios, que en muchos casos ocasionaron su quebranto.
La traumática labor provocada por intensas lluvias convirtió a la zona en lodazal intransitable, viéndose acrecentada por un litigio entre la empresa y Obras Sanitarias de la Nación, enfrentadas en responsabilidades atinentes al daño provocado por un caño que anegó la excavación y que aparentemente no se consideró en los planos referentes, acusándose mutuamente por los daños resultantes y el replanteo de la instalación para que no Boedo en ambas direcciones y la línea 43 que giraba por San Juan, superaban este tramo de ida o regreso por una sola línea de rieles, su limitada circulación era controlada desde los extremos con banderines agitados que habilitaban el paso. BOEDO por entonces terminal de la línea “E” quedó finalmente inaugurada el 9 de junio de 1960.
La tarifa inicial del viaje fue de 10 ctvs., ese valor se mantuvo en todas las líneas más de 36 años, elevándose luego al doble costando entonces 20 ctvs.
El precio del progreso aportado con resignación y esperanzada expectativa, dio paso al bostezo de las cuatro bocas abriendo sus fauces sobre la Av. Boedo en su cruce con la Av. San Juan, señalando el despertar de un dilatado sueño que se prolongó durante 16 años.
La línea “E” hoy llega hasta la estación PLAZA DE LOS VIRREYES
(1) En el llamado a concurso de bocetos se invitó a rescatar motivos relacionados con la historia del barrio, pero debido al escaso tiempo acordado para entregar los trabajos, los participantes no alcanzaron a documentarse debidamente para elaborar temas auténticamente boedenses, el jurado debió discernir conceptuando los proyectos presentados evaluando el mejor criterio artístico.
(2) La máxima distinción otorgada a Alfredo Guido, quien presentara su obra como “Cóndor”, cambió criteriosamente su denominación por la más sugerente: “Boedo en el siglo XIX”
CARLOS KAPUSTA
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