¿La mejor empanada argentina está en Boedo?
Diferentes sitios de internet buscan conocer la opinión de los comensales respecto al menú de los locales porteños.
Si bien es cierto que las empanadas son netamente un invento argentino hay quienes lo saben preparar de manera diferente.
Los condimentos e incluso la masa varían mucho el sabor. Cada provincia argentina tiene un estilo diferente de preparación sin que se altere la verdadera esencia de la empanada argentina clásica argentina.
Un sitio Web, destinado a la captación de opiniones de los comensales arrojó un dato más que interesante. La mejor empanada porteña se encuentra en un local del barrio de Almagro, según la opinión de los miles de comensales que visitaron el lugar.
El local se llama “el Mirasol” .Una parrilla muy popular con varios anexos en otros barrios porteños. Sin embargo esta vez, el local no se destaca por sus parrilladas sino más bien por el servicio de sus empanadas ofrecidas, muchas veces como entrada, mientras se espera el plato principal o para acompañar la parrilla.
El Mirasol, se encuentra sobre la Avenida Boedo al 100 y cuenta con una gran variedad de ofertas gourmet.
Su clásica parrilla la sitúa entre unas de las preferidas de la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo fueron sus empanadas las que ganaron protagonismo en las redes sociales.
El restaurant existe desde 1967 y se caracteriza por el buen servicio ofrecido, sus papas fritas doradas y sus condimentos secretos para la elaboración de las empanadas de carne.
Si bien el Mirasol cuenta con otros locales en diferentes puntos de la Ciudad, su primera parrilla nació en la Vieja Casona de Boedo.
Si bien el estilo de los locales varía dependiendo del barrio, el secreto de su gourmet continua intacto. Son muchas las generaciones de porteños que ven al lugar como una de las parrillas más representativas del porteño.
“La parrilla el Mirasol de Boedo no necesita prensa, la costumbre de no dejar de pasar por el lugar sin probar algunas de sus delicias es algo que se trasmitió de generación en generación. Mis abuelos trajeron a mis padres, y mis padres a mí y yo a mis hijos, así funciona” argumentó Liliana, vecina del barrio de Almagro y asidua al lugar.
Hoy convertida en un clásico porteño se destaca también por sus empanadas de inigualable sabor. Un lugar que ninguna generación de porteño puede dejar de visitar, un compromiso con la cultura culinaria de la Gran Ciudad de Buenos Aires.
A no ponerse celosos tucumanos! Que en cuestión de empanadas parece que los porteños le venimos pisando los talones con el Mirasol de Boedo!
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