Hoy: Vento

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SOBRE EL ORIGEN DE ALGUNOS TERMINOS

Por Eduardo R. Bernal
de la Academia Porteña del Lunfardo
de la Academia Nacional del Tango

Vento, apreciada expresión por lo que encierra y el objeto que define. Buscado y no siempre alcanzado a tiempo, de acuerdo con las necesidades. En los últimos tiempos, su búsqueda no ha cesado, por el contrario, aunque por esas cosas de la modernidad, el vento ha tomado un cierto color verde que lo hace más atractivo, aunque difícil de encontrar y mucho más, de atesorar.
Es una vieja voz del habla popular de Buenos Aires que fue muy prestigiosa en los primeros años del lunfardo y sumamente empleada en las primitivas letras de tango en estilo lunfardesco, que fueron, indudablemente, las primeras en la historia del tango.

La utilizó Pascual Contursi en la segunda década del siglo XX y, posteriormente, Celedonio E. Flores y Enrique Cadícamo, entre otros.

Su significado es el de “dinero” y es una auténtica voz del lunfardo no captada por la Real Academia Española…todavía
Benigno Baldomero Lugones, en su célebre y muchas veces citado artículo del diario La Nación publicado en 1879, “Los caballeros de Industria”, ya la utilizaba con ese sentido. En uno de los párrafos Lugones cuenta:

“La misma noche de aquel día o la mañana siguiente, el tonto se presenta vendiendo uno o más billetes de 40 patacones a 20 $ el fuerte; el paisano haciéndosele agua la boca se hecha en el negocio, entrega el vento (dinero), y creyendo que ha engañado al pueblero, cuenta el asunto al fondero, que inmediatamente lo lleva a la comisaría de la sección para explicarle, ante el comisario, lo que ha sucedido.”

También Antonio Dellepiane en su léxico de 1894, El Idioma del Delito (1894), registra:

“Vento: Dinero. Sinónimos: guita, guitarra, parné etc. || Echar vento en el cabalete, embolsar dinero.

De la misma manera, Luis Contreras Villamayor en El Lenguaje del Bajo Fondo (1915), dice:
“Vento, Ventolina. El dinero como “menega”, “toven” o “chala”.

En los diccionarios modernos el término está tratado en abundancia.

José Gobello registra la voz en todos sus diccionarios con el significado de “dinero”. Mientras que Augusto Malaret en su Diccionario de Americanismos (1º Edición 1925 – 3º Edic. 1946), incorpora la voz en los siguientes términos, donde aclara que el vocablo es un lunfardismo:

“Vento. Argentina. En lunfardo, el dinero”
Como decimos la voz fue muy usada desde fines del siglo XIX. A principios del siglo pasado, Felipe Fernández “Yacaré” ya la utilizaba en sus versos Rantifusos. En “Batiendo el justo” uno de sus poemas escribió:

“Mi cuna, mi laburo y mi apellido / baten el justo de un pasao florido, / que ni Anchorena con su vento emparda…”

Carlos de la Púa. en La Crencha Engrasada (1928), la emplea en repetidas oportunidades, como por ejemplo en el poema “La maleva”:

“No le mareó las luces, el vento ni los briyos, / La maleva fue siempre fiel al arrabal. / Nacida entre las broncas, la mugre, los cuchillos / permaneció oriyera bailando en el Pigal.”

También, aparece en las primeras letras de tango, escritas a fines de la década del ‘20 y principios de la del `30.
Pascual Contursi la emplea en Flor de fango de 1919:

“Luego fuiste la amiguita / de un vejete boticario / y el hijo de un comisario / todo el vento te sacó…/ Empezó tu decadencia, / las alhajas amuraste / y un bulincito alquilaste / en una casa’e pensión.”

También Celedonio Esteban Flores la emplea repetidas veces. En Viejo smoking de 1930, con música de Guillermo Barbieri, escribió:

“Yo no siento la tristeza de saberme derrotado / y no me amarga el recuerdo de mi pasado esplendor; / no me arrepiento del vento ni los años que he tirado, /pero lloro al verme solo, sin amigos, sin amor;”

En cuanto su origen, veremos que está en el dialecto Genovés pero, finalmente, llegado desde el Italiano oficial.
José Gobello en su primera obra Lunfardía (1953) sin bien cita el término y su significado, no arriesga etimología. En cambio en “Nueva y Vieja Lunfardía” de 1963 incorpora:

“Vento: Dinero. Del genovés vento: dinero”

Pero ya en las notas que agregó a la recopilación de los “Dialógos de Villoldo” que reunió con Eduardo Stilman en 1964 se acerca al origen de la voz, dice:

“Su origen ha de buscarse en el bajo genovés tal como consta en el Diccionario Genovés-Italiano (Génova 1876):
“Vento. In modo basso e del gergo dicesi per Danari”

Mario Teruggi en su “Diccionario de Voces Lunfardas Rioplatenses” (1998) parece que, en principio, complica las cosas. Está de acuerdo con el significado de “dinero” pero el origen lo busca en igual voz del genovés que literalmente significa “viento”
Hasta donde pude averiguar, no existe en el dialecto genovés la voz “vento” con la idea de “viento”, sí de dinero como estamos viendo.
Por lo tanto nos encontramos en un problema. Veamos cómo podemos explicar ésto.
El que esta vez pone un poco de claridad, es Federico Cammarota en su Vocabulario Familiar y del Lunfardo que para “vento” dice:

“Vento: Dinero
Originado en el genovesismo de igual ortografía y significado, y extraído del italiano puro: vento, por figura de lo que se va de las manos con suma facilidad.”

Efectivamente, en italiano oficial “vento” significa “viento”, y por extensión con aquéllo que se va fácilmente de las manos, pudo pasar al dialecto genovés como “dinero” y así traído a Buenos Aires por la numerosa inmigración genovesa que llegó al país a fines del siglo XIX y la primera década del siglo XX.
Si no me equivoqué en el análisis, éste puede ser el origen de Vento como dinero en el habla popular de Buenos Aires.

Chau.
Hasta la próxima

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