Flores y Boedo , solidarios con los no videntes.
Estadísticas mundiales, aseguran que no existen lugares adaptados específicamente para ciegos. Incluso aseguran que las instituciones dedicadas a las personas con discapacidad visual son escasas y no están equipadas como corresponde.
La discapacidad visual es una enfermedad que afecta al 38% de la población porteña .Las cusas pueden ser variadas .Los institutos dedicados a esta especialidad no cumplen con lo reglamentado a veces por cuestiones económicas y otras por falta de control y atención por parte de las autoridades encargadas de regular las condiciones para los pacientes con dificultades visuales. De esta manera se imposibilita la comodidad para el desplazamiento del aprendiz, retardando su recuperación o inserción social.
Rubén Rosales, secretario de la Asociación Pro Ayuda No Videntes, una ONG dirigida por personas ciegas del barrio de Boedo, insiste en que para la rehabilitación del paciente es indispensable la comodidad y el desplazamiento libre de obstáculos.
“Si bien hoy en día se han modernizado las técnicas de rehabilitación y los métodos de enseñanza hay cuestiones que deben seguir funcionando con normalidad”, aseguro Rosales.
En la Argentina, existen instituciones especializadas en la discapacidad visual que bregan por los derechos y la inclusión al sistema social de las personas con problemas visuales. Si bien son pocas las entidades destinadas a la ayuda de los No Videntes, suelen ser populares por la trayectoria y el trabajo que realizan.
La Biblioteca para Ciegos, del barrio de Almagro, por ejemplo ofrece actividades culturales y deportivas para niños y adultos, destinadas a fomentar su participación e inclusión social. También la escuela de Educación Especial Nº 34 Gral. San Martín, situada en el barrio de Flores, funciona hace más de 75 años reeducando a las personas con esta problemática y con diferentes grados de ceguera. Estas Instituciones cuentan con la colaboración de la comunidad para dichos eventos.
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