El vivero que lleva más de un siglo abasteciendo a la Ciudad
Se trata del vivero de la Ciudad que se fundó en 1917 y hasta la actualidad la mayor cantidad de arboles que hay en la city porteña pertenecen al vivero tradicional. No te pierdas los detalles de esta nota especial.
La Ciudad de Buenos Aires contiene una gran cantidad de especies de árboles que bordean los barrios y hacen que luzcan bellísimos. Desde parques y plazas hasta simples pasajes barriales muestran sus frondosos árboles.
Son los barrios donde más arboles hay aquello que más se cotizan. Sin embargo detrás de cada árbol porteño existe una historia que las iguala, el vivero del que casi el 90% de ellas salió.
Esta vez el vivero más famoso de la Ciudad cumple un siglo dedicado al cuidado de las especies verdes porteñas.
La importancia que se les da a los espacios verdes en Buenos Aires es mucha, quizás por la falta de espacios verdes recomendados por habitantes. El vivero más tradicional se encuentra en el sector noroeste del parque Avellaneda actualmente. Desde allí una novedosa cúpula recubre los retoños y conserva las especies para luego ser trasplantadas en la Ciudad.
En este espacio tan antiguo como la misma Ciudad crecen diariamente un centenar de especies autóctonas donde más de 10.000 ejemplares se redistribuyen a los largo de la Ciudad.
El festejo de los cien años del lugar incluyó la participación de niños y adolescentes que se acercaron al lugar a recorrerlo y conocer su funcionamiento.
Los vecinos del lugar también pudieron acceder a los tres sectores del vivero tales como el invernáculo de coníferas y las palmeras, el sector de plantas de interiores y el área de floricultura.
Los responsables de cada sector brindaron una charla explicando cómo realizan sus trabajos y el funcionamiento del predio.
Aunque el trabajo parezca sencillo no lo es en absoluto .Las plantas son muy sensibles al tacto y cada especie posee una necesidad diferente.
“El objetivo, a 2019, es reproducir ejemplares para toda la Capital y que el Estado no tenga que comprar a viveros privados”, manifestó Gabriel Borges, director del mantenimiento del espacio público de las comunas de la Ciudad.
La incorporación del domo geométrico fue una de la mejore resoluciones de espacios ambientales para la Ciudad. El domo guarda 1.000 ejemplares distribuidos en macetas negras de distintos tamaños y decenas más, que aún son semilla y esperan su germinación en bandejas llenas de compost y sustrato de río.
La producción del domo y de un invernáculo exterior con 500 ejemplares abastece a los barrios de Villa Soldati, Riachuelo, Lugano, Liniers, Mataderos y Parque Avellaneda. También al Parque General Paz, en Saavedra.
Además de verse como un adorno natural que embellece la Ciudad posee muchos beneficios tales como su resistencia a los vientos, económicamente mucho más conveniente debido a que llevan poco materiales para su aislamiento y calefacción.
Los lapachos y jacarandas que tanto embellecen la ciudad encuentran en este sistema una estructura ideal para prosperar.
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