El mal uso de la tecnología
Sin duda que internet simplifica nuestros días, resolviendo una infinidad de temas y cuestiones de la más diversa gama con celeridad y sin mayor esfuerzo, también desde el celular inteligente.
La aplicación Whats App para la mensajería instantánea invadió nuestras vidas. Por momentos, como desde una película sin fin, pareciera que con ésta app todo es posible y en cualquier momento…Desde un alcance, diríamos que…ilimitado…
Pero una cosa es el menú preferido para el delibera, el pedido para la verdulería, o el lavadero, y otra muy distinta es la consulta médica…
¿Los más buscados? Son los pediatras y obstetras. Pareciera que la comodidad del teléfono y la inmediatez en la transmisión del mensaje motivan y de alguna manera justifican que por ejemplo, se pregunte a un especialista por da, sobre la conveniencia o no de llevar al nene afiebrado al cumpleaños…Algunos padres suelen enviar imágenes, radiografías, solicitando un diagnóstico. Se reciben numerosas preguntas, muchas de ellas insólitas, fuera de día y horario…
Este tipo de trato, de cercanía, no es común en otros países del mundo. En Argentina, la ausencia de una normativa al respecto promueve estas situaciones, que puede llevar a malos entendidos, evitables. Las nuevas generaciones de profesionales de la salud no estarían tan de acuerdo con este tipo de vínculo.
Porque vale la pena decirlo, en ése ida y vuelta, circulan contenidos de salud con un objetivo concreto junto a una tarea médica que carece de remuneración.
Los facultativos se preguntan acerca de los límites y sobre todo, hacia los padres primerizos. Porque existen decisiones que son de la familia, no de los médicos.
Lo cierto es, que previamente acordado, especificado entre padres y especialistas, una emergencia es una emergencia. De lo contrario, la guardia del centro de salud.
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