El apego: más que importante….trascendente
Los vínculos afectivos son una necesidad que forma parte del desarrollo evolutivo del niño, si el vínculo afectivo no se da desde el momento mismo del nacimiento, si esta necesidad natural en todo individuo no es satisfecha, el niño, también el adolescente, el joven, el adulto sufrirá decaimiento o carencia emocional.
El apego o vínculo afectivo es una relación especial que el niño establece con un número reducido de personas, al comienzo de su vida, por fortuna, vínculo que puede extender con el crecimiento a otras figuras significativas en su vida, no siendo éstas solo familiares. Es un lazo afectivo que se forma entre el niño y cada una de estas personas, un lazo que impulsa a buscar proximidad, contacto, comunicación, “el apego da seguridad”.
Este vínculo se hace más relevante en aquellas situaciones donde el niño percibe conflictos, amenazas de enfermedad, caída, separación, peleas, llorar es una manifestación, reclamo de ayuda, alerta, que se acerquen, lo contengan, no lo dejen afuera, u olvidado; cuando adquiere más estrategias, con el crecimiento, quizás no utilice el llanto, y sí la comunicación para expresar lo que lo moviliza por posibilidad de pérdida o alejamiento de personas importantes, para él la persona con mayor intensidad de apego es la madre, es un apego rápido e intenso después del parto, y desde el primer contacto; los últimos años con la participación activa del padre en un montón de tareas hogareñas y de compromiso con los hijos se forma con anterioridad el apego con el padre.
La relación con el primer afecto fuerte, primer figura del apego, muestra el estilo de apego que uno mantendrá durante toda su vida.
El apego seguro se manifiesta en una relación estable, disponible siempre, donde hay mirada, demostración de afecto, aporte de estímulo y sostén frente a las dificultades, por la importancia de este vínculo, cuando el mismo es positivo permite un desarrollo personal, seguro, independiente, de buenos contactos sociales, y un mantenimiento de las buenas fortalezas personales.
Lic. en Ciencias de la Educación Laura A. Toledo
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