Diciembre, el mes del balance
La llegada de las fiestas es uno de los acontecimientos más felices del año. Toda la familia se reúne para celebrar el fin de un año que se va y la llegada esperanzada del próximo.
Sin embargo la llegada de las fiestas no siempre resulta un acontecimiento feliz para todos. Algunos recuerdan con tristeza la partida de sus seres queridos, otros se afligen por los problemas que tuvieron durante el año y así sucesivamente.
Los psicólogos consideran que la fecha está lejos de ser un acontecimiento re regocijo para muchos, debido a que el balance no siempre resulta positivo.
Sin embargo también aconsejan evitar las comparaciones y la reflexión dolorosa si la solución no está en nuestras manos.
Quizás sea por eso que los especialistas consideran que diciembre es un mes bastante ambiguo.
Últimamente es común el dicho “me acostaría a dormir el 23 de diciembre y me levantaría el 2 de enero”… sin embargo a que hay detrás con éste dicho?
Las fiestas de fin de año tienen un contenido emocional muy fuerte que puede ser perjudicial sino te tiene el suficiente autocontrol del riguroso autoanálisis. Esto significa que no debeos ser tan duros al auto -juzgarnos ni tomarnos “tan a a pecho” la emoción de las fiestas.
Estudios sociales demuestran que uno de los factores más influyentes a la hora de deprimirse en esta época es la perdida de algún ser querido o una reciente ruptura afectiva.
La navidad es un acontecimiento más íntimo que hace que las personas se reúnan y valoricen los buenos afectos. Sin embargo cuando este sentimiento se asocia a alguna perdida la valorización se torna negativa y genera un sentimiento depresivo difícil de abordar.
El año nuevo sin embargo se relaciona más con la festividad y las buenas esperanzas de un próspero nuevo año .No obstante las controversias aparecen cuando el balance obligatorio arroja malo resultados.
La auto-exigencia suele generar malestar en general. Por eso lo recomendable es hacer un balance de nuestras acciones y si estas fueron las suficientes no decepcionarnos por el resultado que hayamos obtenido en el año. Si no fueron las suficientes para generar el éxito, reforzar el esfuerzo esta vez para que el próximo año el balance sea más positivo.
Por lo tanto, el balance coincide con la finalización de las diferentes actividades y objetivos que el sujeto se había propuesto durante el año, en donde evalúa los resultados, es decir, en qué medida pudo alcanzar lo que se propuso .Esto es la base de un balance saludable.
Los balances de ninguna manera deben deprimirnos son por el contrario deben motivarnos a reunir más esfuerzos para que los que fue un mal resultado se invierta.
Diciembre es entonces el mes de los sentimientos encontrados. Disfrútalo, y utilízalo sanamente para que el 2017 se concreten todos tus anhelos.
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