Desafiando el machismo tanguero
Cintia y Florencia desafían el estereotipo del tango y abren el debate a las nuevas formas. Parejas de bailes donde el hombre ya no es tan necesario. El feminismo atravesó el universo tanguero.
El tango es la fusión de dos cuerpos delimitados por sus géneros que se mueven velozmente e hipnotizan con su sensualidad. Sin embargo la pareja de Florencia y Cintia demuestran que la sensualidad no está implícita en las diferencias de género de los integrantes que conforman el baile sino en los pasos del mismo.
Si bien ambas son bailarinas de tango de hace años, este año decidieron innovar. Participaron años anteriores con sus respectivas parejas de baile hasta que este año decidieron unirse en la lucha contra la desmitificación del tango
Así Florencia y Cintia revolucionan el tango conformando una pareja de baile solo de mujeres “El tango es un reflejo de la sociedad y el rol de la mujer ahora es distinto”, dicen.
Cynthia Tomino y Florencia Da Luisio se conocieron hace trece años en el ballet para niños y adolescentes de su ciudad natal, Colón, en la provincia de Buenos Aires. Allí descubrieron su pasión por el tango y desde entonces se hicieron amigas inseparables y compartieron proyectos y experiencias profesionales vinculadas con el baile del 2×4. Esas experiencias las trajeron a Buenos Aires en 2009 (Cyinthia) y 2011 (Florencia). Y luego de varios años de recorrer milongas y aprender los secretos de esa danza tan particular, este año decidieron competir juntas en el Mundial de Tango, en la categoría Pista, representa.
A pesar de que el caso es trascedente no sería la primera vez que se intenta. En 2014 ya se había conformando una pareja de baile de un solo sexo.
Según trascendió este año van a participar otras dos parejas formadas por mujeres y una por varones. Hasta el momento hay 554 parejas inscriptas, 130 en la categoría Escenario y 424 en Pista.
Las dos ya participaron en ediciones anteriores del Campeonato Mundial con parejas hombres.
La primera vez que vi bailar tango fue en ese ballet en Colón”, recuerda Florencia. “Me parecía que era algo que podía hacer. No lo vi como algo de grandes sino como algo más adolescente. Y ahí conocí a Cinthya, que iba a clases desde chiquita y ya bailaba muy bien”. “Como yo era la más alta de la clase -interviene Cynthia-, muchas veces faltaban varones y me pedían que hiciera yo ese papel. Y así le agarré el gusto al rol de liderar en una pareja que baila tango”.
Ambas son la consecuencia de la época en que se vive: cambios innovaciones y un rol protagónico de la mujer. Desde sus inicios percibieron que algunas costumbres históricas del ambiente del tango empezaron a caer en desuso, como por ejemplo que sólo el hombre pueda sacar a bailar, frecuentemente con un cabeceo, y que las mujeres sólo acompañan al varón líder que guía a la hora de sacarle el lustre a las baldosas.
“En esta pareja yo hago el rol de líder y ella hace el rol de seguidora”, explica Cynthia. “Dejamos de hablar de hombre-mujer porque nos parece que, en realidad, el tango es un reflejo de la sociedad en la que vivimos. Y hoy en día el rol que cumple la mujer es totalmente distinto que el de antes”.
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