Buenos Aires, líder en bares literarios
Los bares temáticos de la Ciudad de Buenos Aires proliferan y con éxito.
Palermo, San Telmo y Recoleta lideran la lista.
Borges, Lewis Carroll y Cortázar tienen sus respectivos bares. Conocer Buenos Aires es saber donde están ubicados estos bares que tan bien representan el pasado literario y valioso de la Ciudad más cultural de América Latina.
Una fiesta del té con el Conejo Blanco de Alicia en el País de las Maravillas, un café inspirado en la París de Cortázar, un cóctel con el Capitán Nemo, una tertulia con Borges y hasta un vaso de “leche plus” (transformado en un trago ruso blanco) con Alex, el protagonista de La naranja mecánica son solo algunos de los elementos que hacen más interesantes a estos espacios.
Si bien en su mayoría son clásicos de la Literatura, las nuevas generaciones pueden encontrar en estos espacios la forma de aprender a través de estos elementos simbólicos acerca de las creaciones más populares de dichos atores.
Una de las características fundamentales de la Literatura es la posibilidad de traspasar los límites del tiempo y del espacio. Estas posibilidades están al alcance de todo porteño aficionado a los clásicos argentinos.
Los bares temáticos crecen en la Ciudad de Buenos Aires y generan una moda mundial que se impone.
La tendencia gana terreno en oros países latinoamericanos con sus propios autores clásicos.
En Palermo, Verne Club honra al autor de La vuelta al mundo en 80 días con un bar que hace cobrar vida a los protagonistas, escenarios y objetos del universo de Julio Verne, desde el menú hasta la decoración.
Los bares temáticos son la excusa perfecta para aprender acerca de la cultura literaria de nuestro país y deleitarse en lo que ya sabemos de nuestros autores preferidos.
Paris se acerca y Japón se funde con la Buenos Aires actual mediante el libro “La Vuelta al mundo”
Generalmente estos bares surgieron por la necesidad de rescatar parte de nuestra tradición literaria de manera novedosa y atrayente. Resultaron ser un éxito en una sociedad tan arraigada a la lectura y a la cultura como la Ciudad de Buenos Aires.
Los dueños de estos emprendimientos gemelamente son escritores, aficionados lectores o profesores de literatura o filosofía.
El local temático de Cortázar, ubicado en los límites de Palermo y Almagro es una experiencia única,”Siento que estoy en París y en Almagro a la vez”, sintetizo Pablo Pires.
Es que las chapas antiguas, las postales de una Notre Dame lejana, y la tipografía de la máquina de escribir de Julio Cortázar parecen oscilar entre Francia y Argentina.
Los límites entre lo real y lo imaginario se funden en la materialización de esos espacios donde aprender se convierte en una invitación para el porteño actual.
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