ANCLAO EN PARÍS
La vida al 2 x 4
La Buenos Aires del ‘30 está convulsionada. El presidente constitucional Hipólito Yrigoyen, recibe presiones de adentro y de afuera. Se dice que el Hombre está mayor, pero de lucidez intacta. El golpe se huele en el ambiente, como el petróleo. El 6 de setiembre fue la fecha elegida por los facciosos revolucionarios. La cabeza visible fue el general ® José Felix Uriburu, nacionalista de derecha. Entre bambalinas, se movía la figura del liberal Agustín P. Justo.
Mientras tanto Enrique Cadícamo viaja a Europa, donde hervía de tango, a cobrar dividendo de sus obras en Barcelona, visitar relaciones femeninas y, en menor medida, artísticas.
Por Francia (Niza) andaba Carlos Gardel y sus “escobas”, es decir sus guitarristas, desparramando éxitos.
Encontrándose en Barcelona, el poeta recibe una carta de su amigo Guillermo Barbieri. Mejor dejemos que él mismo nos cuente la historia
“Recibo una carta de mi amigo Barbieri desde Niza donde se hallaba actuando con Gardel en el “Casino Mediterráneo”. Con este amigo nos escribíamos siempre desde cualquier punto donde nos halláramos. En la carta me pedía que le enviara una letra para tango a la que adaptaría música y grabaría Gardel en París tan pronto como terminaran sus actuaciones en Niza.
Esa misma noche en el grill del Oriente (hotel-Barcelona) me dispuse a contestarle sin tomar en cuenta para nada lo de la letra, pero ya a punto de cerrarla pensé que si no se la enviaba dejándola para más adelante, llegaría tarde para su grabación.
Mi imaginación voló a Montmartre, donde recordaba haber visto a algunos jóvenes compatriotas anclados iniciándose en la cruel “manga” y a los cuales siempre pude “tirarles” unos salvadores francos. Aquello podía ser el tema para la letra del tango. Pedí al camarero un café doble y coñac, encendí un Aristón de “estraperlo” y me puse a escribir unos versos que fui lucubrando de un solo tirón en menos de una hora a los que titulé “Anclao en París”
Salí a caminar por la rambla encontrándome con mi amigo el actor Garcá Buhr, que a esas horas terminaba su actuación en el Teatro Tívoli.
No pudiendo sustraerme a mostrarle la letra que terminaba de escribir, lo invité a tomar una copa en el cabaret “Excelsior”, entregándosela para que la leyera, haciéndolo él varias veces. Al devolvérmela me señaló un feliz hallazgo augurándome un futuro éxito. Al día siguiente se la envié a Barbieri a Niza” (“Mis Memorias” – Enrique Cadícamo, página 130/31. Corregidor año 1961,
“Tirao por la vida de errante bohemio/estoy, Buenos Aires, anclao en París.
Cubierto de males, bandeado de apremio,/te evoco desde este lejano país.
Contemplo la nieve que cae blandamente/desde mi ventana, que da al bulevar
las luces rojizas, con tono muriente,/parecen pupilas de extraño mirar.
Lejano Buenos Aires ¡qué lindo que has de estar!/Ya van para diez años que me viste zarpar…/Aquí, en este Montmartre, fobourg (suburbio) sentimental,/yo siento que el recuerdo me clava su puñal.
¡Cómo habrá cambiado tu calle Corrientes..!/¡Suipacha, Esmeralda, tu mismo arrabal..!/Alguien me ha contado que estás floreciente/y un juego de calles se da en diagonal…¡No sabes las ganas que tengo de verte!/Aquí estoy varado, sin plata y sin fe…/¡Quién sabe una noche me encane la muerte/y, chau Buenos Aires, no te vuelva a ver!”
ANCLAO EN PARÍS: Primera grabación. Tango. 1931. Guillermo Barbieri (música) Enrique Cadícamo (letra). Carlos Gardel – guitarras de Barbieri y Riverol, mayo 28 1931, París Odeón.
Ricardo Lopa
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