Alquiler de juguetes: la tendencia llegó a argentina
Ya sea por la crisis, los nuevos modismos o la necesidad de innovar la tendencia de alquilar juguetes llegó para quedarse. Lee esta nota y entérate las novedades Pro ahorro.
La tendencia que se originó en Europa y Estados Unidos llegó también a nuestro país.
La época del descarte parecería haber llegado a fin y en consecuencia ya no se tiran juguetes sino que se alquilan.
El procedimiento es considerado un éxito en los países del primer mundo mientras que en el nuestro todavía no se viralizó complejamente la costumbre. Sin embargo los que comenzaron a utilizar la moderna propuesta consideran que la misma llegó para quedarse.
El costo de los juguetes suele ser elevadísimo sobre todo en agosto considerado oficialmente el mes de los niños
La propuesta del alquiler de los juguetes es una tentativa oferta que presume no descartarlo sino que considerando el poco tiempo de uso (dado que los más pequeños no tardan en interesarte en otras novedades) darle a la posibilidad a otra familia que también los disfrute por costos muchos más accesible que los reales.
A su vez también representa un ingreso para las familias que ya lo adquirieron y les permite recuperar el dinero invertido.
Entre los juegos más solicitados se encuentran los didácticos, los bloques, rompecabezas sillitas de montar y hasta bicicletas.
La alegría de los más pequeños es un regocijo para todos los padres, por eso a la hora de darles una alegría no buscan tanto precios como calidad.
El problema es que, a las pocas semanas o meses de cada compra, esos “chiches” tan costosos quedan olvidados, juntando polvo hasta ser “heredados” por un hermanito o donados.
La tendencia que gana cada vez más adeptos en la Ciudad de Buenos Aires propone vaciar los armarios de juguetes olvidados para ponerlos a trabajar para lo que fueron hechos: diversión de los más chicos.
El alquiler de los juguetes funciona de la siguiente manera: los padres deben suscribirse para recibir mes a mes un combo distinto de juegos y juguetes usados de primeras marcas para la edad exacta sus hijos. Eso sí, sin acumular: al llegar la nueva caja, se debe devolver la que el niño estuvo usando en los últimos 30 días.
Uno de los grandes meritos de esta propuesta es que mantiene vivo el interés de los chicos por los juguetes dado que se están renovando cada mes.
Los niños verán que sus juguetes siempre serán “nuevos” (aunque sean usados) y los adultos “van a estar felices de no tener que acumular productos en desuso y pagar fortunas por cada juguete”.
Una cadena de intereses y beneficiarios que solo es posible con la adhesión de los padres.
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