Al colegio, con útiles y pañales
El Programa de Retención Escolar de Alumnos madres, padres y embarazadas, es un proyecto del Gobierno de la Ciudad, que viene creciendo desde hace ya quince años, sumando a su iniciativa cada vez más escuelas de nivel medio, técnicas, artísticas y normales.
Hoy en día las escuelas, en particular las públicas, no se limitan únicamente a la enseñanza y el aprendizaje, tal como era décadas atrás, sino que conforman un lugar de contención, donde gran parte de los conflictos presentes en la sociedad en general se ven representados, con la diferencia de que es allí donde también, los jóvenes encuentran un espacio de referencia y escucha.
El Programa surge a fines de los noventa, ante la notoria y creciente situación de embarazos en adolescentes, con el objetivo de evitar que esa condición sea un impedimento para que los jóvenes, tanto madres como padres, dejen de concurrir a las escuelas. Funciona en gran parte de las escuelas públicas de la Ciudad y apunta principalmente a la retención durante y después del embarazo, mediante un importante trabajo de acompañamiento y guía por parte del equipo de referentes y coordinadores regionales de cada una de las escuelas, generando un espacio de inclusión para aquellos alumnos en esta situación.
Ayelén Diorio, Coordinadora Regional de las áreas III y IV, explica que el Programa tiene múltiples enfoques. Es decir, no sólo se trata de acompañar a los alumnos en su embarazo, sino también, volver sobre la importancia de las identidades. Con esto se apunta básicamente, a no perder de vista que el hecho de ser madre o padre, no los corre de su condición de alumnos. Es por eso, que el equipo de conducción del Programa, en articulación con los actores de las escuelas (docentes, directivos, psicopedagogos, etc.) se dedica continuamente a la elaboración de estrategias generales y particulares para abordar cada caso.
Sin embargo, sus tareas no se reducen al ámbito escolar sino que se plantea como un trabajo en red, en coordinación con hospitales, Centros de Salud y Atención Comunitaria (CeSAC) de las respectivas zonas, e inclusive con otros Programas, permitiendo una visión macro de la situación que genere estrategias más amplias. Todo este material se encuentra organizado en Guías de Acceso a Derechos que se entregan a las escuelas y referentes para que ellos, en el momento de realizar el acompañamiento, tengan la información organizada de forma puntual y concreta, evitando circunstancias que lleven a que las alumnas no se hagan los respectivos estudios y controles. Es decir, el trabajo de los referentes involucra estar constantemente atentos a las necesidades de las chicas, guiando y facilitándoles las herramientas para que ellas puedan acceder a todos sus derechos, ya sea dentro o fuera de la escuela, y así lograr el objetivo primero del Programa: que continúen con su educación.
Cada una de las alumnas está amparada por una legislación, sancionada en el 2000, un año después de la creación del Programa, donde se contemplan sus derechos y garantías, como por ejemplo, el régimen de inasistencias o su derecho a amamantamiento. Si bien estas normas se orientan a asegurar que las alumnas no tengan impedimentos a la hora de cumplir su rol de madre y ser alumnas al mismo tiempo, no implica que deban perder la regularidad y el contacto con el ámbito escolar. Es decir, desde el programa, se entiende que es imprescindible como forma de mantener el vínculo con la institución, que las jóvenes se hagan presentes de forma regular y en función de sus posibilidades, ya sea para la entrega de trabajos, la charla con docentes o bien, con sus referentes. En ciertos casos se hace visible una complejidad que dificulta la concurrencia periódica a la escuela, sin embargo, se trata siempre de buscar soluciones en conjunto, acorde a las posibilidades de cada alumna y su entorno. Por esa razón, se vuelve necesario, realizar un seguimiento continuo de cada caso, que los referentes vuelcan en planillas, para evitar que con el tiempo, los alumnos se vayan perdiendo.
Cada vez que una alumna se integra al Programa, los referentes velan por que accedan al pleno conocimiento de sus derechos y por que estos mismos se cumplan. En gran parte de los hospitales, existen por ejemplo, salas de servicios amigables o consejerías, donde las chicas son asesoradas e informadas, con todo lo que necesitan a la hora de tomar sus propias decisiones. Es decir, desde los referentes, su tarea es orientar y acompañar, siempre desde el lado del respeto a su propia identidad y sus preferencias. Cumplen un rol fundamental, es por eso que a la hora de ser referente de una alumna madre es sumamente importante que se deje a un lado cualquier tipo de prejuicio que pueda obrar como juicio de valor. Discernir entre una posición personal y rol como referente puede llegar a ser uno de los obstáculos más grandes a la hora de establecer un vínculo con una alumna embarazada. Vivimos en una sociedad donde la mirada del otro nos juzga continuamente, donde las singularidades son absorbidas por los preconceptos de nuestra cultura. Por esa razón se vuelve tan importante poder ofrecerles a las alumnas un espacio donde ellas puedan decidir sin presiones, en un clima de confianza y respeto, que se transmita en el mejor de los casos, a cada uno de los espacios en los que ellas se desenvuelven.
Es un programa complejo, que también brinda asesoramiento pedagógico-institucional hacia los mismos referentes y coordinadores, mediante capacitaciones bimensuales. Estos encuentros tienen por objetivo otorgar las herramientas necesarias en la búsqueda de estrategias de inclusión de los alumnos y que, a su vez, éstas puedan llegar también a, profesores, preceptores, coordinadores y tutores, logrando así que esta realidad se inscriba de forma efectiva en la dinámica escolar.
En este sentido, es importante la mirada macro de la realidad que se adopta desde el Programa, un punto de vista que fomenta la reflexión sobre conceptos como el de familia, la cuestión de género, la sexualidad y la violencia, entre otros, todos ellos con un fuerte arraigo cultural, principalmente en un espacio tan rico en posibilidades y diversidad como es hoy en día, la escuela.
María Victoria Varela
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