Y por casa como andamos?
La falta de inversión del estado en la cuestión habitacional deja sin posibilidades de proyectar un hogar propio para los jóvenes de entre 30 a 40 años de edad.
El periodo de edad entre los 30 y 40 años es el propicio para embarcarse en el sueño de la casa propia. Sin embargo la situación actual no permite demasiadas opciones.
Obtener un crédito bancario requiere demasiados requisitos y la justificación de haberes que exigen sobrepasa la línea de medio de ingresos de la mayoría de los trabadores argentinos.
Una encuesta realizada por un sitio de internet, reveló que el 76% de los argentinos prefiere viajar a ser propietario debido a que consideran que no es el momento propicio para ellos.
Sin embargo, llegado el momento de afrontar un alquiler las complicaciones pueden ser mayores que la obtención de un crédito hipotecario para la adquisición de una vivienda.
Algunos argentinos manifestaron que el acceso a crédito hipotecario en un país tan inestable como el nuestro puede significar un doble estrés mental.
Por ese motivo muchos prefieren comenzar por un auto y no embarcarse en la compra de una vivienda a largo plazo.
No obstante los alquileres también son una soga al cuello mensual sobre todo por la inflación.
Las familias que provienen del interior del país encuentran serias dificultades a la hora de obtener una garantía propietaria. Esto sumado a la gran suma de dinero a invertir para poder ingresar hacen que las personas desisten de la mudanza y accedan a los costos disparatados que en algunos casos proponen los propietarios para alquilar.
Según el Censo Nacional de Población, hogares y Viviendas desde el 2001, el porcentaje de familias sin casa propia aumento considerablemente sobre todo en la Ciudad de Buenos Aires.
En 10 años se pasó de un 22% de familias no propietarias a un 40%.
El proceso de “inquilinización”, como se lo ha apodado en entornos académicos, responde a múltiples factores, entre los que se destaca un aumento constante del metro cuadrado, junto con el incremento de los créditos personales en detrimento de los créditos hipotecarios.
Los jóvenes prefieren formar parte de la larga lista de inquilinos por años antes de enfrentar los costos mensuales de un crédito hipotecario.
Alquilar tampoco es un procesos fácil, sin embargo ingresar a un departamento, y quedarse allí por años puede significar una opción.
Conseguir una garantía propietaria se vuelve cada vez más difícil por la disminución de propietarios conocidos. Los pocos propietarios conocidos son personas de 50 años para arriba que adquirieron el inmueble en una Argentina diferente.
Según la socióloga Magdalena Felice del Conicef del Intitutio de Investigaciones de la Universidad de Buenos Aires, alquilar hoy no significa tirar dinero como en décadas pasadas. Muy por el contrario significa asegurarse un espacio para vivir y evitar el stress que no saber si se podrá o no responder a una suma de dinero mensual elevada teniendo en cuenta los parámetros de inestabilidad, despidos, bajos salarios y crecimiento abismal de la cuota de intereses de los bancos para los deudores.
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