HUGO RIVAS, “El peluca del tango”
Nuevo Ciclo, se constituye un tarde de noviembre en Boedo 611, peluquería. Lo más lógico que haya un peluquero, pero la lógica comienza a complicarse cuando aparece un “peluca” eximio guitarrero de tango: Hugo Rivas. Con el charlamos, café de por medio, en la confitería de la esquina, Independencia y Boedo.
HR – Me dedico a cortar el cabello desde 1991 (tengo hoy 40 años, clase ‘74). La pasión por la peluquería viene de mi madre que nos cortaba a mí y a mi hermano en casa, primero empleado y luego puse negocio, siempre en Boedo 611.
NC- ¿Cómo va el negocio?
HR – A veces sale el sol otra llueve, lo importante es tener la clientela y tirar para adelante.
NC – ¿Fuiste a aprender a algún lado?
HR – Estudié, hice cursos de peluquería, de perfeccionamiento
Hombre de Boedo (de ley) y del tango. Comentamos que Piana (padre) tenía una peluquería en Castro Barros y Rivadavia y en la trastienda, mandolina y gotán. Para no ser menos, González Castillo, también supo tener peluquería en el barrio (Castro Barros e Independencia). O sea que la vinculación de la peluquería con el tango viene de antaño. El café hecho lágrima, arriba a la mesa y se integra a la charla. Y Hugo Rivas, comenta: el trabajo de peluquero me vino bien, porque el arte está en las manos, se trabaja mucho con las manos, al igual que la guitarra.
NC- ¿De dónde viene el metejón con la guitarra?
HR – Mi viejo y mi tío, Los Hermanos Rivas, empezaron en 1959 con la guitarra de Adolfo Berón, acompañaban mucho a José Berón, el hermano. Hacían folclore campero y luego dúo melódico. A los 8 o 9 años agarré el instrumento por ellos. Mi viejo y mi tío me pasaban los primeros acordes de las melodías. Me llamaba la atención el Tango; “Canaro en París”, o tocar “9 de julio” o “Corazón de oro” de Francisco Canaro, hasta que los iba sacando. Mi verdadero maestro y profesor fueron los discos, de ahí yo aprendí todo. Yo soy una persona totalmente autodidacta. Se me hacía fácil sacarlo. Además te puedo asegurar que me pasaba todo el santo día con la viola, mis padres se enojaban pues dejaba la guitarra por todos lados, se te va a rayar, decían.
NC – ¿Te acordás la primera guitarra que tuviste?
HR – La tengo todavía, y es con esa que todavía ensayo en el fondo de la peluquería. Es una guitarra con la que tocó y se acompañó Libertad Lamarque en una película. Es una guitarra muy linda, suavecita y blandita. La consiguió mi viejo no sé cómo, nunca se lo pregunté.
Soy (reitera) autodidacta, mi profesor los discos, primero empecé escuchando a Los Indios Tacunau, excelentes guitarrista, Tito Francia , guitarrista mendocino, Oscar Alemán, el swing, hasta que mi tío Néstor, hermano de mi papá, (del duo) me regaló un disco de Roberto Grela, y me dice: “Vos querés escuchar tango, te gusta el tango, bueno, escuchá a este hombre. Grela y su conjunto, estaban Grela y su cuarteto, Baez, Ayala,Eugenio Prop y Lainez. Y me dejó loco. Lo más grande esto es llegar al alma, esto que estoy hablando con vos. Cuando hablo con personas más grandes que tienen experiencia que saben de tango, puedo hablar con ese tipo de gente. A veces dialogo con el maestro Leopoldo Federico, que suele venir a la peluquería o cuando venía Jorge Vidal, Osvaldo Ribó, aparte de ser del tango, conocen, hablamos en un idioma, lo más grande que hay es llegar con el alma a la música. La melodía es la vedette y la armonía es el acompañante. Cuando entra una vedette a un lugar, todos la miramos como está vestida, igual la melodía, tiene que ser sencilla, cuando más sencilla más linda, como la mujer. Nada de estar pintada, para dibujarla, tiene que ser sencilla a la vista, tiene que disfrutar uno cuando escucha en el oído, no pituca, sencillita, como es. Uno la puede dibujar un poquito con una armonía, con una variación. Si la melodía es linda y uno trata de embellecer más, tiene que ser una linda variación. Si le metemos muchas notas y lo hacemos muy técnico ya la melodía la estamos desfigurando, hay que mantener arriba la melodía que es lo más grande que hay. A la melodía la uso como una transparencia en el ser humano, más allá de que tiene que ser sencilla, la melodía no hay que sobrecargarla y tratar de respetar los silencios, como decía Pichuco. Que decía que los silencios son melodía. Hay una cosa que aprendí con Grela, Grela me enseñó, porque fui amigo de Roberto, antes de morir tuvimos tomando café frente a SADAIC, y me decía también que el silencio es melodía, y cuando uno habla hay que escuchar al otro, y cuando el otro habla se calla, porque si hablamos los dos a la mima vez hay interferencia , no te escucho yo a vos y ni vos a mí, cuando está la melodía, la melodía manda y hay que respetarla.
NC -¿Sos de Boedo?
Efectivamente, nací en Salcedo y Castro Barros, donde vivo. Nací en otro Boedo 40 años atrás, los vecinos nos conocíamos todos, había más seguridad. La sociedad cambio, el mundo cambió.
NC -¿Hiciste el colegio primario en Boedo?
HR – Si en la escuela Almafuerte de Salcedo y Maza. Mi bravura y las ganas de tocar la guitarra, me llevaron a abandonar el secundario a los dos años de iniciado. Después me di cuenta que no me podía mantener con la viola e hice cursos de peluquería. Estudié música con Aníbal Arias, un par de años, y luego estudié con Bartolomé Palermo, pero sabes lo que pasa me hacían solfear y yo quería tocar, Arias no me hacía tocar, me hacía solfear y yo me aburría , llegaba a casa y más allá de hacer los deberes del estudio que tenía y rendir adelante de ellos, tocaba.
NC- ¿Pensaste en dejar de estudiar?
HR – Sí, sí, totalmente. A mi viejo no le gustó mucho, pero yo igual leo algo de música. A veces cuando uno se expresa con un instrumento, uno en la parte práctica tiene que saber lo que uno está haciendo, no tanto la teórica. Yo hablaba con Leopoldo (Federico). Grabé con Leopoldo un disco que se llama “Sentido único” . “Mirá Rivas, yo te voy a decir una cosa, yo toqué con Grela 6 años y grabé 3 discos, si tenés que pasar de lo que tocás en la guitarra a lo que grabamos (práctico a lo teórico) a un guitarrista es imposible en el papel. Hay cosas rítmicas que no se pueden anotar”. Julio Pane me dice que yo en la cabeza tengo toda la información, como soy autodidacta, los autodidactas si llegan a salir buenos, toda la información la tienen en la cabeza, no estás atado a ninguna norma, tenés libertad, pero siempre con una guía en la acentuación tanguera, eso lo respeto, eso de la rítmica en el tango está todo ahí.
NC – ¿Tenés en la actualidad algún conjunto?
HR- Tengo, somos cuatro, Guitarrón Felipe Traine, Dipi Kvitko, segunda guitarra, Manuel Gómez contrabajo y yo. Pero soy una persona que, además de tocar solo, toco con diferentes músicos, con Julio Pane. Grabe con Leopoldo (Federico), toqué con Luis Salinas, con Juanjo (Domínguez), con Dino Salussi, con Peteco Carbajal (con el que somos muy amigos), con Néstor Marconi, con Raúl Garello y Carlos Peralta (gran guitarrista). Tuve la oportunidad en el 2010, que me puedo morir tranquilo, de tocar con Horacio Salgán .En un homenaje a Horacio Salgán en el Tasso, De Lio estaba enfermo y el hijo de Salgán me llama a mí, “ Hugo tendrías que estar vos acá” Me aprendí 18 temas en una semana, los arreglos todos de autodidacta, porque Ubaldo De Lio, tomando un café me contó que los arreglos con Salgán no se escribían eran de la cabeza. Hay mucha gente así. Troilo y Grela, hablando de guitarristas, tampoco estaba escrito, pero eran dos intérpretes número 1.
NC- ¿Vos tocás la guitarra con los dedos o con púa?
HR – Yo toco con púa, pero por ejemplo con Salgán cuando toqué, que estaba Leopldo Federico también invitado, toqué con los dedos, porque tuve que reemplazar a De Lio, que tocaba a dedo. De lio, con el pulgar se acompañaba, con el anular índice tocaba, hacía toda una orquesta con la guitarra.
NC -¿Te sentís más cómodo con púa?
HR – Claro, porque me siento mejor con el sonido, me gusta más, uso púa gruesa me siento más firme, más prolijo. Con la púa me siento que voy para adelante,
NC- Vos ¿qué aconsejás, púa o a dedo?
HR – Nadie puede dar un consejo, porque lo más grande que hay es la música, entonces si un guitarrista toca a dedo y transmite y tiene buen sonido y buena pulsación, fenómeno, si tocás con púa y transmitís, lo importante que las cosas salgan bien, para no ser uno autoritario, por ejemplo el gran Aníbal Arias, que éramos amigoS, don Aníbal un maestro en sus formas, el aconsejaba, no la púa. Grela tocaba con púa y fue uno de los intérpretes que mejor sonido tuvo en la historia de la guitarra de tango. Por supuesto que hablamos de hacer música popular, capaz que para hacer clásica cambia, ahí no me meto.
NC – ¿Qué compositor de tango te gusta más interpretar?
HR- Pichuco, todas las obras del gordo fueron una maravilla, porque son todas sentimentales.
“Quejas se bandoneón.” “Responso”, es un tangazo, también hecha la melodía que no le podés hacer nada, sino lo disfrazas. En la vida como en la música hay que tener equilibrio, el equilibrio es cuando no te pasas ni para un lado, ni para el otro. Ni tan sencillo, ni tan revolucionario con tantas notas que te cansan. Hay que tratar de buscar el equilibrio, es lo que hacemos todos los músicos para poder llegar al pueblo.
De los guitarristas de antes le debemos mucho a Pagés y Pesoa eran un modelo por los años treinta, acompañaban a Magaldi. Los guitarristas de Gardel, fueron muy buenos, porque Gardel la quería sencilla la cuestión y ellos lo acompañaban haciendo base, marcando el cuatro, el tiempo a tierra, y las paradas. Es todo una época, capaz si Gardel hubiera vivido hasta los años sesenta, seguramente lo hubiera acompañado Grela de otra manera.
NC – ¿Qué proyectos tenés?
HR – Estoy arreglando el tema “La pulpera de Santa Lucía” para el año que viene que tengo un proyecto para hacer un disco nuevo con un par de cantantes famosos conocidos, hacer valses, tangos y milongas, pero con percusión en algunos temas como las milongas, con bajo y guitarrón. El tango tiene que salir tango, pero en algunas partes la percusión queda muy linda sobre todo en las milongas, y en algún valsecito hay que saber ponerla. Proyecto tratar de tocar con un nuevo grupo que quiero armar yo, uno va a seguir Traine que es el guitarrón, Manuel Gómez en el contrabajo, voy a meter percusión, un chico que se llama Lucas Canel, toca muy bien, yo quiero tocar más libre, para poder decir las frases poder desarrollarme.
NC – ¿Tenés muchos CD grabados?
HR – Tengo 10 CD. Grabé acompañando a Argentino Ledesma. Acompañé a Osvaldo Ribó, Juan Carlos Godoy y Reynaldo Martín en un disquito que se llama “Flor de yunta”, los tres juntos. Grabé con Leopoldo Federico el disco “Sentido único”, ganando el premio “Gardel” 2010, que además, fue ternado a los “Gramy Latinos”. Después grabé solo yo con la guitarra con el conjunto de violas. Grabé discos en el Tasso en vivo, en el Colón en el homenaje a Leopoldo Federico. El último que hice, que salió también nominado para el premio “Gardel”, lo grabé con invitados, toqué dos temas con cada uno, a saber; Raúl Garello, Ernesto Baffa, Julio Pane, Luis Salinas, Leopoldo Federico, Pablito Agri, que es el hijo de Antonio. Tengo ganas de poner violín en algunos temitas el año que viene. El violín en algunas partes queda muy bonito, suavecito, le da la melodía.
NC – ¿Qué proyecto tenés para la peluquería?
HR -Tengo hace veinte años clientes, que me esperan cuando yo hago notas, (como en este caso) o cuando me voy a tocar, entonces ya me conocen, trabajo con turno. Por supuesto que de acá para adelante esto se va a ir apagando, la viola no la voy a dejar nunca.
NC- ¿Hablame del pibe, tu hijo?
HR. Ezequiel Rivas, tiene 12 años, estudia con profesor, Daniel Barzamián. Le compuse una canción “Hijo mío”. Lo particular y hermoso, es que está grabado en conjunto padre e hijo. El pibe ya se la rebusca.
Gracias Hugo, por la charla y el feca.
Ricardo Lopa
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