Hoy: Chucho / A TRAVÉS DEL TANGO
Sobre el Origen de Algunos Términos
Por Eduardo R. Bernal
de la Academia Porteña del Lunfardo
de la Academia Nacional del Tango
En estos días de elecciones repetidas, la espera por conocer los resultados nos preocupa, nos inquieta no saber cómo será el final de una votación que ya está definida en las urnas y sólo falta que se las abra y se nos informe cómo se repartió la voluntad popular y cual será el orden en que aparecerán los candidatos en los resultados finales. Preguntado por un notero de un canal de televisión, un votante, ya entrada la noche, dijo que esa demora le daba “chucho”. Me pareció que esa expresión, “chucho”, simpática voz del lunfardo, merecía la pena que la tratáramos.
La presencia en Buenos Aires de “chucho” es anterior al arribo de la gran ola inmigratoria llegada entre los años 1880 y 1914.
Cuando las lenguas inmigradas se instalan en la Ciudad para dar origen, lentamente, al lunfardo, ya existía “chucho” en el habla del arrabal. Es por lo tanto un prelunfardismo, que llegó hasta nuestros días, a pesar de su tímida incorporación al habla porteña de principios del siglo pasado.
La voz fue incorporada al Diccionario de la Real Academia Española en 1992, cuando ya su presencia tenía en el habla rural de la pampa bonaerense, más de 150 años. Pero su incorporación al Real Diccionario la hace “castiza” aunque no lo puedan creer.
El significado primario con el que se la usa mayoritariamente, es el de: “miedo, temor o escalofrío asociado al temblor del cuerpo”. Veremos que tiene, además, otro pintoresco significado, no sé si muy usado en la actualidad por las jóvenes generaciones, pero que fue muy utilizado hasta los años cincuenta por lo menos.
En cuanto a su evolución digamos que es una voz que circuló primeramente en el medio rural y se incorporó posteriormente, al habla urbana de Bs. As. pero sin tener, en principio, una gran presencia. Recién tuvo alguna débil difusión a principios del siglo XX, pero siguió circulando activamente en el medio rural.
En lenguaje gauchesco la encontramos tempranamente, en la obra de Hilario Ascasubi. Aparece en uno de los versos de “Paulino Lucero”, obra de 1853, que denominó “la Refalosa”, y que encabeza diciendo, al referirse a los protagonistas del poema:
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“La amenaza de un mazorquero y degollador de los sitiadores de Montevideo dirigida al gaucho JACINTO CIELO, gacetero y soldao de la Legión argentina, defensora de aquella plaza
¡Qué jarana!, / nos reímos de buena gana / y muy mucho, / de ver que hasta les da chucho; / y entonces lo desatamos / y soltamos; / ¡y lo sabemos parar / para verlo REFALAR / en la sangre!,
La registra también José Hernández en “La vuelta de Martín Fierro, obra de 1879
“Una noche de tormenta, / vi á la parda y me entró chucho; / los ojos, me asusté mucho, / eran como refocilo; / al nombrar á San Camilo / le dije San Camilucho.”
Los ejemplos citados permiten asegurar que la voz circulaba en el medio rural desde la primera mitad del siglo XIX y, seguramente desde antes. Recién aparece en el habla urbana, aunque tímidamente, a fines de ese siglo. No la registra la literatura popular porteña de esa época. En 1894 Antonio Dellepiane en “El Idioma del Delito” la tiene en cuenta como:
“Chucho: Miedo || Tener chucho o estar de chucho, tener miedo”.
Entrado el siglo XX aparece registrada en el “Lenguaje del Bajo Fondo” de Luis Contreras Villamayor” como: “Chucho: Temor miedo. V jabón”
La poesía popular de principio de siglo no la registra, no aparece en los versos de Felipe Fernández “Yacaré”, no la registra Villoldo ni Carlos de la Púa en “La crencha engrasada” ni Julián Centeya.
Tampoco fue muy utilizada en las letras de tango. Sin embargo La utilizó Silverio Manco en los versos de “El taita del Arrabal” , que lleva música de Alfredo Eusebio Gobbi.
“Yo de natura / soy muy nervioso /y laborioso / para escabiar. / Siendo de arriba / me gusta mucho. / Me tienen chucho / para peliar.”
Recién en la segunda mitad del siglo XX la voz llega a los diccionarios. José Gobello en el pequeño diccionario que redactó con Luciano Payet, la incorpora como: “Chucho: Miedo”
Años después en el “Novísimo Diccionario Lunfardo”, el mismo autor, registra una definición más completa:
“Chucho: Escalofrío Terciana. Fiebre intermitente, malaria. Produjo achucharse, sentir escalofríos. Por alusión a los temblores “chucho” dio en significar miedo y con ese sentido se lo usa habitualmente.”
En Lunfardia (1953), Gobello sostiene que se trata de un quechuismo. La voz tiene su origen en “Chhucchu” voz de la lengua quechua que significa “el temblor producido por la fiebre y también por el miedo”.
Probablemente de los primeros, sino el primero que le dio ese origen, fue Augusto Malaret en su Diccionario de Americanismos (1925)
“Chucho: (del quichua “chujchuj”, onomatopeya del efecto que causa el temblor por sensación de frio en la fiebre palúdica. Argentina, Bolivia, Ecuador, Perú y Uruguay, Calofrio (es voz académica) || Fiebre intermitente. (Voz académica) || Arg. y Urug. Miedo. (En forma figurada) “Se trata simplemente de una alusión al temblor que produce la enfermedad así llamada.
Diego Abad de Santillán En el Diccionario de Argentinismos, coincide en el significado y en el origen quechua de la voz “chujchuj” pero agrega que “Chuj” significa sacudir, y la repetición de la voz en esta lengua supone, pluralidad. (sería sacudidas)
Está todo bien, pero falta probar que efectivamente es voz de la lengua Quechua.
Consultando el “Diccionario Quechua – Español _ Quechua” editado en 2005 por la Academia Mayor de Lengua Quechua. Editado en Cuzco. Perú. 2005, encontramos:
“chukchu. s. Pat. Paludismo, terciana. Enfermedad endémica propia de climas tropicales, causada por el plasmodium vivax. malarie ofalciparun, transmitido por un zancudo que habita en las aguas estancadas. || Folk. Danza folklórica del Qosqo que satiriza a los enfermos de paludismo así como a los médicos y enfermeras. || Pe. Caj: chujchukuru: Tipo de alacrán que vive en las punas.”
Probado el origen quechua de la voz en estudio, vayamos al anunciado “otro significado del término” citado al principio de la nota. Considerada en plural, “Chuchos”, de origen distinto y de raigambre porteña, lleva, además, el significado de “caballos de carrera”.
Con esa idea aparece en la célebre “Milonga burrera” con letra de Ernesto Cardenal y Música de Jaime Vila, gran éxito de su tiempo, en la voz de Jorge Vidal.
Por mi fiebre por los chuchos y mi alma de jugador / andaba de mal en peor, yo que me daba de ducho. / Casi voy a juntar puchos, ustedes no van a creer, / pero supe resolver mi situación harto flaca / con la compra de un “yobaca” me hice trompa y entrenière.
La voz con este significado, todavía no fue incorporado a la RAE, por lo tanto sigue siendo todo un lunfardismo sin nada que la opaque. Todavía es de linaje de arrabal.
José Gobello en su Diccionario Lunfardo de 1975, registra este significado y aclara sobre su origen:
“Chuchos: pop. Caballos de carrera. Del italiano meridional. Ciuccio: burro”
Coherente con la popular expresión: “ir a los burros” para referirse a “ir al hipódromo”.
Bueno. Basta por hoy. Hasta la próxima
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