Los manteros se trasladan a Belgrano
Uno de los barrios más tradicionales de la Capital porteña es la nueva sede de los manteros. Los conflictos y las quejas por parte de vecinos.
Los barrios más afectados por los manteros siempre fueron los mismos, Flores, Caballito y algunos sectores de Retiro. Sin embargo en los últimos debido a los controles aplicados en las zonas mencionadas comenzaron a mudarse.
Esta vez eligieron uno de los lugares más transitados y tradicionales de la Capital Porteña, el prestigioso barrio de Belgrano, en intercesiones de Cabildo y Juramento.
Transitar las veredas de Sucre y Monroe se volvió una verdadera odisea y el reclamo de los vecinos no se hizo esperar.
Belgrano es uno de los barrios más caros de la Ciudad. Colocar un puesto de negocio en el lugar equivale a grandes sumas de inversión e impuestos.
Sin embargo, los manteros improvisan en los espacios públicos para adueñarse de la visión del lugar. La competencia se vuelve absolutamente desigual.
La Federación de Comercios e Industria de la Ciudad de Buenos Aires, informó de la presencia de 219 manteros en la zona que a partir de Octubre la cifra comenzó a crecer hasta llegar a sumar 85 nuevos puestos.
El presidente de la Comuna 13 manifestó su preocupación por el aumento significativo y dijo sentirse desmamparado en esta lucha contra la venta callejera ilegal.
Los vecinos comenzaron a manifestar sus enojos con denuncias en la comisaría 33 y junta de firmas para frenar esta cuestión. También alertaron a los compradores que no sean cómplices de la ilegalidad y del negocio fraudulento dentro de la Ciudad.
La comercialización de objetos para el hogar, utensilios de comidas y hasta indumentaria es muy abarcativa y las ofertas tentadoras ante los costosos precios de vidrieras.
Los alimentos que se comercializan no tienen ningún tipo de control bromatológico y están al aire libre. Esto es una advertencia para los compradores que cegados por los precios económicos arriesgan la salud de la familia.
Algunos manteros sin intención de identificarse contaron que pagan un promedio de $100 por semana para poder estar en el lugar a la policía. Esto equivale a la tranquilidad de mantener sus puestos de trabajo sin las presiones cotidianas de desalojo en la zona.
La realidad es que los manteros siguen copando las zonas más privilegiadas de la Ciudad de Buenos Aires. Los controles no llegan, los vecinos siguen esperando y los negocios legales sucumben a la espera de alguna determinación judicial que termine con la venta ilegal callejera.
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