Los porteños le dan la bienvenida al pescado entero
Un tabú que se derriba en Capital. La nueva modalidad del pescado entero y las partes más inusuales como pedido.
Si en un principio el pescado debía ser servido en trozos por cuestiones burocráticas y de educación esto va camino a desaparecer y quedar solo en una vieja costumbre.
Es que los porteños están cada vez más arriesgados en la gastronomía y las espinas tan molestas del pescado como la impresión de ojos y cabeza del mismo quedan de lado.
Los pedidos más inusuales de una época son los más pedidos hoy como corvina, besugos y lenguados de pescado.
Los recientes locales inaugurados en Palermo u otros barrios porteños dedicados exclusivamente a la venta de pescados, manifiestan el gran adelanto gastronómico social de la preferencia por el pescado entero.
Antes causaba miedo el tema de las espinas o la idea de ver al pescado en condiciones casi naturales en el servido. Hoy los mitos se derriban y los pescado enteros con los más requeridos.
Los locales que anteriormente querían ofrecer pescado entero no progresaban. Hoy todo se invirtió y la estrella de la casa pasa por el pescado servido entero en sus formas más naturales. Esto
significa una cocción delicada a penas condimentada con limón y pocas especias acompañado con verduras a la plancha.
La cuestión evolutiva en este aspecto genero una particular modalidad de adaptación también por parte de los mozos.
Los filetes son servidos en la mesa y se intenta separar delicadamente las espinas, intentado dejar la presa lo más intacta posible.
Las personas que prefieren esta modalidad de servido son generalmente adeptos al pescado y conocen sus partes, por lo que saben las zonas más espinosas.
Las estadísticas oficiales gastronómicas coinciden que el consumo del pescado aumento un 9% en el último mes.
Las partes más requeridas para la preparación casera suelen ser la merluza y la fileteada.
Los barrios donde se concentran las pescaderías más importantes de la Ciudad de Buenos Aires son El Delfín en Barracas, El Mercado del Progreso en Caballito, Orca en Liniers y el Barrio Chico.
Esta cuestión del pescado entero pone en evidencia el estado del mismo, lo que vuelve más exigentes a los compradores.
Según los expertos los comparadores deben prestar atención al color de la piel, las escamas sanas y los ojos brillantes.
Hace unos 6 años atrás, para consumir pescados enteros los porteños debían recurrir a antiguos bodegones escondidos en la ciudad.
Hoy las opciones son muy variadas en esta modalidad e incluyen calidad y precios accesibles en los menús.
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