La Ciudad realiza una revisión integral de la estructura de la Floralis Genérica
El desprendimiento de dos pétalos de la icónica escultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la Floralis Genérica, debido a un temporal en diciembre pasado y lluvias recientes, ha llevado a las autoridades a tomar medidas urgentes. En este contexto, el Gobierno porteño llevó a cabo la apertura total de la escultura este lunes en la Plaza de las Naciones Unidas, en Recoleta.
Este procedimiento tiene como objetivo principal evaluar los daños estructurales y determinar los trabajos necesarios para su restauración y preservación. Asimismo, busca detener cualquier deterioro adicional que pueda sufrir la emblemática obra de arte.
Las labores de inspección fueron realizadas por expertos del área de Monumentos y Obras de Arte (MOA) junto con personal de la Subsecretaría de Paisaje Urbano y especialistas en ingeniería mecánica. Esta acción es crucial para comprender la magnitud de los daños y establecer un plan de acción concreto para su restauración.
El ministro de Espacio Público e Higiene Urbana de la Ciudad, Ignacio Baistrocchi, subrayó la importancia de esta intervención, señalando: “Este paso es muy importante para determinar el daño integral que sufrió la escultura y poder trazar los próximos pasos a seguir para su restauración. También nos permitirá reabrir la Plaza de las Naciones Unidas para que los vecinos vuelvan a disfrutar de una manera segura y cuidada”.
La Floralis Genérica, una obra monumental erigida como un tributo a la naturaleza, fue inaugurada el 13 de abril de 2002. Donada por el arquitecto Eduardo Catalano, la escultura de 20 metros de altura y 18 toneladas de peso representa un hito en la fusión de arte y tecnología.
La escultura, notable por ser la primera en movimiento controlada por un sistema hidráulico y células fotoeléctricas, se abría y cerraba en respuesta a la luz del día, emulando el comportamiento de una flor natural. Sin embargo, en 2009, una falla en el sistema dejó la escultura sin su característico movimiento automático.
Tras una serie de trabajos de restauración en 2015, la Floralis Genérica volvió a abrir al público, aunque su mecanismo continuó siendo operado manualmente. Posteriormente, en 2020 y 2022, se realizaron diversas tareas de mantenimiento y embellecimiento en los alrededores de la escultura, con el objetivo de preservar su entorno y accesibilidad.
En conclusión, la apertura total de la Floralis Genérica marca un hito en el proceso de evaluación y restauración de esta icónica obra de arte urbano. La intervención no solo busca reparar los daños sufridos, sino también garantizar la seguridad y el disfrute continuo de este importante símbolo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
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