El 2 de diciembre de 2016, en la Confitería Flores Porteñas me encontré con vecinos de muchos años, del barrio de Boedo. Vicente Lombardo y su Señora Beba Antonia Fuster que muy gentilmente accedieron a mis preguntas para poder escribir esta nota, en la que nos relataron su permanencia en el barrio- como comerciantes, vecinos y amigos.
Vicente, al principio un poco parco, luego se suelta a conversar y nos cuenta que hace 70 años que está en el barrio, en el Mercado de Independencia y Boedo, hoy ocupado en la entrada de Avenida Independencia, por Coto.
En el mercado tenía un puesto de verduras y frutas, muy fructífero con una mercadería de primera. Pero pasados los años, el mercado se puso en venta y fue él el que participó activamente para que ello ocurriera. También el Señor González dueño de la Inmobiliaria, que aún perdura sobre la Avenida Boedo, participó para que ello ocurriera. Nos cuenta con nostalgia que era un lindo grupo de amigos y algunos vecinos, aunque a veces no faltaba quien se “pasaba de vivo”.
Luego nos comenta que abrió junto a su hermano y cuñado un famoso bar y restaurante, llamado “El buzón”, en Colombres e Independencia, porque durante muchos años existió un buzón rojo en esa esquina. Luego durante cuatro años estuvieron trabajando muchísimo, pero nos dice que era muy agotador, muy esclavo, se cansaron y cerraron el negocio.
La charla se hizo cada vez más amena y llegamos a recordar los carnavales, las carrozas del día de la primavera, la Asociación Amigos del barrio de Boedo, el negocio de Fita, el Señor Zito con su local en la esquina de venida Boedo e Independencia, hoy un negocio con venta de celulares, el emblemático Café Dante, la gran Tienda Dellacqua, hoy heladería Il Volo y el Bazar “Dos mundos”, hoy Restaurante Turuleca.
Seguí preguntando y me contó que se casó a los 25 años con la primera esposa que la conoció en Italia, en el pueblo de Catanzaro, hicieron la escuela juntos, y agrega que a su fiesta asistieron 400 personas
Luego vinieron en 1948 al barrio de Boedo a vivir de donde no se movió más. El primer departamento lo tuvo en Moreno 2546, cerca de la Iglesia Santa Rosa de Lima, después en Pasco, luego en Avenida Directorio, en Membrillar. Beba le acota que también vivió en Independencia en un hermoso departamento con balcón a la calle.
Vicente nos cuenta que con su primera mujer tuvo dos hijos varones. Fallece su esposa y compra en Colombres y Estados Unidos, un hermoso departamento que es el actual. Luego conoció a Beba, su compañera inseparable.
Por su lado ella nos dice que vivió en la calle Pavón, estuvo casada desde los 20 años, muy joven, que tuvo un hijo y se murió a los 39 años. Luego tras doce años de viudez, encontró “caminando” a Vicente. Reímos los tres, porque siempre se los ve caminando por Boedo, del brazo, de la mano, se los ve muy bien juntos. También los encontramos en Las Flores Porteñas, lugar de paso obligado todos los días.
Vicente agrega que su vida también la completan sus hijos: Alberto y Hugo, que con sus respectivas esposas le han dado cuatro nietos: Adela, Diego, Ariel y Carla y que siempre se visitan.
La entrevista iba tocando a su fin y le pregunté qué opinión tenía del barrio y me dijo que había progresado mucho, que eso estaba bien, le gustaba muchísimo el paseo de las esculturas a cielo abierto, pero que para él y Beba faltaba un poco más de seguridad, luz y más patrulleros cuidando a los ciudadanos del barrio.
Agrega que está contento con la nueva gestión a nivel país y a nivel barrial, les da un voto de confianza y que es compadre de Macri padre, que vino a Argentina el mismo año que él.
Finalmente Vicente agrega que el último negocio que tuvo fue un locutorio y que hoy tiene flamantes 88 años.
Ya al despedirnos, Beba, agrega algunos datos sobre su familia, también comerciantes en el barrio de Boedo. Nos comenta que su papá tuvo un negocio que vendía: café, té, especias, artículos para tortas, moldes y envases para repostería que estaba Ubicado en Independencia al 3500, luego se mudó a la calle Colombres, casi EE.UU, llamado “Fuster” hasta el año ´82 en que fallecieron los dos y ahí, se terminó el negocio.
Fue una entrevista muy fructífera, muy cálida y simpática porque Vicente y Beba pusieron toda la “buena onda” que los caracteriza. Les agradezco de corazón las respuestas sinceras. También agradezco a quien fuera promotora de esta entrevista un tanto postergada. La querida amiga Graciela A de Laundren.
María Inés Fernández
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