La historia consagró al prócer Dr. Mariano Boedo, como “el numen político de la revolución del norte”. Nació en Salta el 25 de julio de 1782, sus padres Don Manuel Antonio Boedo García (comerciante oriundo de Galicia) y Doña Magdalena Aguirre y Aguirre (salteña)
Desde muy joven se revelan en él cualidades sobresalientes. Sus primeros estudios los cursa en el Seminario de Nuestra Señora de Loreto en Córdoba, posteriormente en la Universidad Mayor Real y Pontificia San Francisco Xavier de Chuquisaca , se recibe de abogado con brillantes calificaciones, el 20 de mayo de 1805.
Mariano escribe a su madre una carta en la que le expresa “Fuera de los tres exámenes que tengo dados de los que salí con mucho lucimiento y aplauso, di uno de teología de sesenta cuestiones del que salí con muchos más aplausos que en los de las leyes, mereciendo que el rector de la universidad divulgase mi habilidad por todo Chuquisaca”. Los éxitos alcanzados en su vida universitaria hicieron que Boedo se tornara arrogante y de maneras imperiosas lo que determinó a su guardián el Dr. Fernando Córdoba escribirle a la madre del joven Mariano indicándole “Sería conveniente que aminorara la mesada, pues esto es lo que domará su engreimiento”.
La vigorosa y dinámica personalidad de Boedo se destaca con caracteres inconfundibles en los distintos escenarios que le tocó actuar. En 1804 es nombrado Secretario de la Real Audiencia de Charcas.
La Revolución de Mayo lo sorprende en Salta, adhiriéndose con gran entusiasmo al movimiento, uno de los historiadores supo decir de Boedo: “Fue de los más notables que concurrieron al Cabildo abierto que se celebró en Salta para tratar el asunto”. A partir de esa época no deja de bregar para difundir las ideas revolucionarias.
Es nombrado por el Gobernador Intendente de Córdoba Coronel Martín de Pueyrredón su asesor letrado, el 18 de diciembre de 1814, ante la renuncia de Pueyrredón que es designado presidente de Charcas asume interinamente la Jefatura de Gobierno.
El 2 de mayo de 1816 es elegido por la Asamblea Electoral de Salta representante ante el Congreso de Tucumán junto al Coronel José Moldes y el Dr. José Ignacio Gorriti. Su personalidad descuella en el Congreso. Es designado junto al Dr. Ulloa para proyectar las instrucciones y poderes que debían investir los representantes del Congreso, misión que ambos cumplieron inteligentemente.
El 1 de julio de 1816 es elegido vicepresidente del Congreso y en tal carácter firma el acta de la Independencia.
El 1 de enero de 1817 es elegido por el Congreso como presidente del mismo, y forma parte de una Comisión Revisora del Reglamento Provisorio que debía darse al Estado. La salud no lo acompaña por lo que deja Tucumán y se traslada a Buenos Aires donde fallece el 9 de abril de 1819, días antes había redactado su testamento pidiendo ser sepultado en la Iglesia del Convento de San Francisco.
En 1882 al cumplirse el centenario del nacimiento de Mariano Boedo, el entonces Presidente de la Corporación Municipal Don Torcuato de Alvear dispone que la hasta entonces llamada calle N° 40 tome el nombre del prócer.
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